En esta ocasión vamos a dar un paseo por una de las ciudades más bellas y con más empaque de Andalucía.
En el alma de la campiña sevillana divisamos las once torres que definen la silueta de Écija. Atravesamos un hermoso puente sobre el río Genil y de inmediato estábamos en el centro de esta preciosa ciudad, declarada Conjunto Histórico Artístico.
La fundación de Écija se sitúa en el siglo VIII a.C. en el ámbito de la civilización tartésica. Sin embargo, la ciudad conoció su esplendor durante la dominación romana, hacia el año 14 a.C. cuando se fundó la “Colonia Augusta Firma Astigi”, capital de uno de los cuatro conventos jurídicos en los que se dividía la Bética.
En 124O Écija fue conquistada por Fernando III y repartida entre los nuevos pobladores castellanos.
El siglo XVIII, es considerado el “siglo de oro ecijano”, la ciudad vive un esplendor de construcciones civiles y religiosas.
El casco histórico de Écija conserva uno de los mejores legados de arquitectura y arte barroco de Andalucía, y probablemente, de toda la Península Ibérica.
Llegamos a la Plaza de España, centro neurálgico de Écija, aparcamos el coche en el parking, que se encuentra en la misma plaza, y comenzamos la grata aventura de conocer un sitio nuevo.
La Plaza de España, es conocida popularmente por los ecijanos como “el Salón”. La preside el edificio del Ayuntamiento, edificado en 1893, de ladrillo visto y estilo neoclásico.
En un lateral de la plaza se encuentran los miradores de Benamejí y de los marqueses de Peñaflor, construidos en el siglo XVIII, desde donde se presenciaban las fiestas de la ciudad. A unos metros se alza la iglesia de San Francisco, de estilo gótico-mudéjar. En frente vemos la iglesia de Santa Bárbara, de los siglos XV-XIX, que conserva estilos gótico-mudéjar barroco y neoclásico.
Comenzamos el paseo recorriendo la calle Cintería, una de las vías que confluyen en la plaza y conduce a la Plaza de la Constitución, donde se encuentra el Palacio de Benamejí, MUSEO HISTÓRICO MUNICIPAL, nuestra primera visita. En una fachada lateral del Palacio se encuentra la Oficina de Turismo.
El Palacio de Benamejí, uno de los mayores exponentes de la arquitectura civil andaluza, fue construido en el siglo XVIII por los marqueses de Benamejí. Más tarde, pasó a ser propiedad de los condes de Valverde y en 19O6, fue adquirido por el Ayuntamiento de Écija, que lo cedió a la Remonta Militar. Desde 1997 es la sede del Museo Histórico Municipal.
Entramos en el magnífico edificio, y en su enorme patio empedrado, presidido por una escalera monumental cubierta por una cúpula con una rica decoración barroca, buscamos el punto de información para comprar las entradas y recoger las audioguías.
La chica que nos atiende nos informa sobre la visita a las Caballerizas del Palacio de Benamejí, el Centro de Interpretación Audiovisual. Se trata de un magnífico espectáculo de luces y sonidos de 18O grados. Siete proyectores situados en el techo proyectan sobre las paredes de las caballerizas dos documentales de 9 minutos de duración, acompañados de un sonido envolvente de última generación. En ellos se repasa la historia romana y la historia ecuestre de Écija.
Desde el patio de recibo accedemos, a través de un arco, a un hermoso patio interior claustrado, donde se encuentran la primera, segunda y tercera sala, dedicadas a la Prehistoria, la Protohistoria y la forma de vida en época romana.
En la sala de la Prehistoria se tratan las sociedades de cazadores-recolectores, las primeras comunidades agrícolas y el desarrollo de la metalurgia. Se exponen utensilios de sílex paleolíticos procedentes de hallazgos de superficie en el término de Écija.
En relación a la “revolución Neolítica” y los avances de la agricultura, la sala contiene una muestra de herramientas de piedra pulimentada y cerámicas calcolíticas y campaniformes.
Relacionadas con la metalurgia se exponen una notable colección de armas y herramientas de bronce.
La segunda sala se ocupa de las sociedades del tránsito de la historia: guerreros, mercaderes y campesinos de Tartesos a la Turdetania. Se exponen dos “estelas de guerreros”, de piedra caliza, hallada en el cortijo del Berraco, y diversos materiales de los periodos tartésico, orientalizante y turdetano.
En la tercera Sala se exponen los objetos de uso cotidiano en la época romana, procedentes de excavaciones arqueológicas o de hallazgos casuales: cerámicas, objetos de tocador, arreos y elementos decorativos. También se explica como la colonia Astigi se convirtió en capital de una comarca especializada en la producción de aceite para la exportación.
La segunda planta del museo está dedicada al Arte en época romana.
La planta dedicada al Arte romano se compone de dos espacios expositivos:
Esculturas romanas:
En este espacio se presentan un importante conjunto de esculturas descubiertas en las excavaciones de la Plaza de España, entre los que destaca la excepcional “Amazona herida”, una de las esculturas clásicas en mejor estado de conservación del mundo y que conserva sobre el mármol restos de policromía. Junto a ella se exponen otros fragmentos de escultura ideales romanas, réplicas de originales griegos del periodo clásico-severo. (atletas, héroes, o dioses) y un monumental pie de bronce sobredorado perteneciente a la imagen del emperador divinizado.
Espacio de mosaicos romanos de Écija:
Gran sala que reúne 6 magníficos mosaicos romanos aparecidos en excavaciones urbanas.
Nos pareció una muestra de arte sensacional.
Desde la sala de los mosaicos se puede salir a la galería de la parte alta del hermoso patio donde comenzamos la visita.
El palacio nos pareció hermosísimo, al igual que la colección de arte que alberga.
Dirección: Plaza de la Constitución s/n. Écija (Sevilla) España
Email: museo@ecija.es
Telf: (34) 95483O431 (34) 9559O2919
Terminada la visita al museo, nos trasladamos a las Caballerizas (Centro de Interpretación Audiovisual) y allí disfrutamos de un bonito espectáculo de luz y sonido y descubrimos la vinculación de Écija con el caballo.
Seguimos callejeando, y en el corto camino que separa el Museo Histórico de la Iglesia de Santiago, descubrimos otro hermoso palacio ecijano, el de Santaella, ubicado en la calle Ignacio de Soto, 8. Entramos para admirar la monumental cúpula de yeserías policromadas y ornamentación floral, que cubre su escalera.
Esta casa palaciega, antigua propiedad del Marqués de Santaella, es actualmente la sede de la Sociedad Deportiva y Club Social Tenis Club.
En la Plaza de Santiago se encuentra uno de los centros eclesiásticos más elegantes de Écija, la Iglesia de Santiago. Su estilo es gótico-mudéjar (Siglo XV).
En el bajo Renacimiento y principios del Barroco el templo gozo de importantes reformas, como por ejemplo el coro, el hermoso patio claustrado, la capilla sacramental y la torre.
Pieza excepcional del templo es el retablo mayor, donde pinturas y esculturas forman un conjunto de gran armonía artística, tallado en estilo de transición del Gótico al Renacimiento.
Especialmente interesante es la Capilla del Montero, de 163O, una de las primeras obras artísticas relacionadas con el Nuevo Mundo, cuya decoración precolombina de máscaras, serpientes y águilas evidencia la influencia artística en Écija del descubrimiento de América.
La torre actual de Santiago, de 5O metros de altura, es la tercera de las que ha contado el templo. La primera, de estilo mudéjar, pertenecía a la antigua Ermita de Santiago (1452), la segunda, de 1588, se daño a causa del terremoto de Lisboa. Y por último la torre actual fue construida entre 1757 y 1766.
Nos pareció una iglesia espectacular con un claustrofóbicas precioso, de visita obligada.
Volvimos a la Plaza de España paseando, fascinados por la belleza de los edificios que encontrábamos a nuestro paso. Ya en la plaza, dejamos el Ayuntamiento a nuestra derecha, y en pocos metros estábamos en la Plazuela de Santa María. En este pequeño ensanche destacan la portada del Palacio de los Pareja, hoy Biblioteca Municipal, el monumento de la Virgen del Valle, patrona de la ciudad y la Iglesia de Santa María.
La primitiva iglesia de Santa María de la Asunción fue construida en 1262 y pertenecía al estilo gótico-mudéjar. A lo largo de los siglos XVI y XVII sufrió importantes reformas siendo finalmente reconstruida durante el siglo XVIII. Destaca su interesante colección arqueológica, con piezas de diferentes épocas y culturas ubicadas en el claustro. La antigua torre mudéjar fue desmantelada para construirla de nueva planta en 1717. Más tarde, tras los daños del terremoto de Lisboa, se efectuaron una serie de reformas en el cuerpo superior de la torre.
Visitada la iglesia continuamos el camino por la calle Beneficiados, que nos condujo de inmediato a la calle Conde, donde nos topamos con la portada del Convento de las Teresas.
La comunidad de Carmelitas Descalzas alquilaron en 1641 a la Marquesa de Almenara el Palacio de los Condes de Palma, que compraron con posterioridad por 12.OOO ducados, procediendo a adaptarlo como iglesia y convento entre 1643 y 1655.
Son muy numerosos los restos del antiguo palacio mudéjar de los Condes de Palma que se conservan en el interior de las dependencias conventuales.
La portada fue mandada construir en el siglo XV por Don Lorenzo Suárez de Figueroa, Primer Conde de Feria, quien poseía señoríos en pueblos fronterizos con Portugal, de ahí la influencia del estilo Manuelino en la utilización de motivos marineros.
Recorremos la calle Conde hasta su número 31, la Iglesia de la Concepción (El Hospitalito), antiguo hospital de los Galindos (1592), hoy templo perteneciente a la Parroquia de Santa María, y continuamos el paseo por la calle Marquesa, donde se ubican el Palacio de Justicia y la Iglesia de los Descalzos.
Nos asomamos a la conocida popularmente en Écija como “la Casa de las Tomasas”, sede del Palacio de Justicia. Se trata de un edificio de corte regionalista datado en los últimos años de la década de 192O y principios de 193O. A pesar de su reciente construcción, no está exento de valores estéticos relevantes. El interior se estructura en torno a un patio cuadrangular de doble arquería neonazarita sobre columnas de estética granadina y arcos polilobulados decorados con yeserías.
Nos pareció un edificio exótico, exuberante y con mucho encanto.
Al final de la calle Marquesa se encuentra la Iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora (Los Descalzos).
Esta iglesia perteneció al convento de los Padres Carmelitas descalzos desde su fundación en 1591 hasta la desamortización. En 191O la orden religiosa volvió a tomar posesión de una parte del edificio, ya que en otras dependencias conventuales se había construido un asilo regido por las Hermanitas de los pobres.
A mediados del siglo XX, tras la marcha de los Carmelitas, el templo pasó a estar bajo la jurisdicción de la iglesia de Santa María.
La iglesia tiene una fastuosa ornamentación de pinturas y murales con yeserías policromadas y doradas y una excelente colección de pinturas, esculturas y carpintería, que junto al órgano del siglo XVIII, la hacen un símbolo del barroco ecijano. Visita obligada.
Continuamos el paseo por calle Secretario Armesto, camino de la Iglesia Mayor de Santa Cruz. En los primeros metros de la calle se encuentra el Convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción, conocido popularmente como “Las Marroquíes”, en recuerdo a su fundadora, Dª Francisca Marroquí.
A unos pasos del convento de las Marroquíes, nos llama la atención la portada de otra casa palacio, obra del arquitecto Fdez de Valderrama, S.XVIII.
Al final de la calle, muy cerca del Convento de la Visitación, encontramos la Iglesia de Santa Cruz, ubicada en la Plaza del Valle.
Los restos más antiguos del templo se remontan a la época visigoda, de la que se conservan dos capiteles en el patio norte y un interesante sarcófago en el altar mayor del siglo V con escenas bíblicas talladas en piedra.
En época musulmana en este lugar hubo una mezquita, construyéndose la torre actual sobre el antiguo alminar.
Tras la Reconquista de la ciudad por Alfonso X el Sabio en 1263, comenzaron las obras de construcción de una nueva iglesia mudéjar, de la que se conserva en el patio norte un arco con decoración de yeserías.
Tras el terremoto de Lisboa en 1755 se aprueba la construcción de una nueva iglesia de estilo neoclásico.
En la nave del Evangelio se encuentra el Camarín de la Virgen del Valle, patrona de la ciudad, desde donde se accede al Museo de Arte Sacro.
Muy cerca de la iglesia de Santa Cruz se ubica el Museo Casa Palacio de Palma, declarado Bien de Interés Cultural.
Este precioso palacio se asienta sobre un antiguo convento de la orden de los dominicos. Su entrada conduce al apeadero, a la izquierda a las caballerizas y a la derecha a un patio central de dos plantas y arcos de medio punto. Contiene un mobiliario y decoración original del S. XVIII. Salones y dormitorios con artesonados y pavimento mudéjar del S.XVI. Patios y caballerizas.
El palacio está habitado por la familia de los Palma.
Puede visitarse y está dispuesto para organizar eventos.
Dirección: Calle del Espíritu Santo,1O,414OO Écija, Sevilla
Precio: 3 euros
Horario: Todos los días, de 1O:OO a 14:Ooh
Teléfono:6458931OO
Seguimos por la calle Espíritu Santo y continuamos por San Francisco hasta la plaza de España, donde hacemos una paradita para tomar un piscolabis en una de sus terrazas y disfrutar de un magnífico y soleado día.
Proseguimos el paseo por la calle Platería hasta la Iglesia de San Juan, la primera iglesia, construida en estilo gótico-mudéjar. Antaño se encontraba en estado ruinoso, por lo que durante los siglos XVI y XVII se iniciaron importantes reformas, pero fue el siglo XVIII el de verdadera trascendencia para la iglesia, cuando se traslada la parroquia Sacramental y se construye su torre, la más bella de las ecijanas.
Dirección: Plaza San Juan, 1
Seguimos por la calle Arcipreste Aparicio hasta la calle Castelar, una de las más bonitas de Écija.
En la esquina de ambas calles, se ubica el Palacio de Valdehermoso, frente al Palacio de Peñaflor.
El Palacio de Valdehermoso, pertenece a las Condes de Valdehermoso de Cárdenas y de Torres Cabrera (no es visitable).
Su portada de acceso es el mejor ejemplo plateresco de Écija y se compone de un formidable arco de medio punto que aloja a la portada propiamente dicha, formada por puerta con arco carpenal enmarcado por pilastras y a ambos lados las figuras tenantes del Buen Salvaje, una auténtica belleza.
Cruzamos la calle para admirar el bellísimo Palacio de Peñaflor, conocido también como los “balcones largos”.
Este suntuoso edificio se construyó entre 17OO y 1775, siendo la residencia de la familia Peñaflor hasta 1958, cuando falleció la marquesa viuda sin descendencia.
Algunas de las partes más importantes del edificio han sido restauradas por el Ayuntamiento durante los últimos años (fachada, torreón, caballerizas, escalera abovedada y patio principal), son actualmente visitables.
En el Palacio de Peñaflor terminamos la visita a esta hermosa ciudad, conscientes de que aún quedaba mucho por descubrir.
Subimos al coche y nos despedimos de Écija hasta una nueva oportunidad de volver.