En esta nueva aventura vamos a descubrir lugares increíbles que harán volar nuestra imaginación.
Antequera
Antequera se localiza en el centro de Andalucía, en el regazo de la famosa sierra del Torcal, ante la atenta mirada del perfil, que forma la Peña de los enamorados, así como junto a su amplia vega.
Atesora un patrimonio artístico inmenso fruto de su dilatada historia, que se remonta 4OOO años atrás, tiempos en los que sus sabios habitantes construyeron los magníficos monumentos megalíticos “DÓLMENES DE ANTEQUERA” declarados en la actualidad Patrimonio de la Humanidad.
La fundación de Antequera va ligada a la aparición del municipio romano de Antikara, donde estuviera ubicado el único Colegio de Pontífices de la antigua Roma, que existió en España. Más tarde, árabes y cristianos ocuparon estas tierras, dejando como legado los edificios civiles y religiosos que hoy engalanan el centro histórico de la ciudad.
No menos impresionantes, son los mágicos parajes naturales de su entorno, que inspiraron a esos primeros pobladores neolíticos, arquitectos y astrónomos, cuyo magnífica obra ha llegado a nuestros días.
Partimos de Córdoba tempranito, la bonita mañana hacía presagiar un magnífico día. Montamos en nuestro coche dispuestos a emprender ruta camino de Antequera, hermosa ciudad malagueña a 141km de distancia de Córdoba y a tan solo 47km de Málaga.
Gratas sorpresas y nuevas experiencias nos esperaban
Una hora y media más tarde llegamos a nuestro destino. En primer lugar nos dirigimos al centro histórico de la ciudad, ascendimos a la Alcazaba, y aparcamos junto al mirador de las Almenillas, desde donde se puede observar una maravillosa panorámica de Antequera y sus alrededores.
Las hermosas vistas nos muestran la grandeza arquitectónica y paisajística de este lugar.
A través del Arco de los Gigantes accedemos a La Alcazaba, que domina la ciudad desde lo alto de un promontorio.
El castillo, fortaleza o Alcazaba de “Papabellotas”, es un conjunto fortificado de la Antequera musulmana, levantado sobre restos romanos.
Su fecha de construcción es desconocida, aunque es mencionada por primera vez en los escritos de Semuel ibn Nagrella, poeta judío de Badis.
La importante plaza musulmana de la antigua Medinat Antaqira, fue asediada en numerosas ocasiones por tropas castellanas. Finalmente, en 141O, cayó en manos cristianas durante la Toma de Antequera, que duró cinco meses. Esta campaña fue considerada posteriormente uno de los mayores triunfos cristianos. El regente Fernando de Trastámara, que gobernaba Castilla en ese momento, pronunció la celebre frase, “Salga el sol por Antequera y sea lo que Dios quiera”. Después de su rotundo éxito, pasó a ser conocido como Fernando de Antequera.
La Torre del Homenaje es un lugar destacado en este recinto, tiene planta rectangular y está considerada la de mayor anchura construida por los musulmanes en Andalucía. Está coronada por un templete-campanario, construido en 1582, para colocar la campana y el reloj de la ciudad. Desde el momento de su construcción, sufragada por la ciudad con la venta de un alcornocal, se le conoció como el Reloj de Papabellotas.
Unida a la anterior por un lienzo de murallas reforzadas por dos contrafuertes, admiramos la Torre Blanca, que nos sorprende por la perfección técnica demostrada en su fábrica de sillería.
Dejamos a nuestras espaldas el Arco de los Gigantes, no sin antes echar una ojeada al perfil de la ciudad, que se dibuja en el horizonte, con la hermosa torre de la iglesia de San Sebastián como protagonista. El interior del recinto posee zonas ajardinadas que realzan aún más su belleza.
La plaza de los Escribamos, que precede a la plaza de la Colegiata de Santa María la Mayor, debe su nombre, a que durante un tiempo, en el siglo XVI, llegó a tener hasta 2O casas de escribanos, que desempeñaban la misma función que los notarios y registradores en la actualidad. La plaza de los Escribanos junto a la Colegiata ( sede de la Cátedra de Gramática y Latinidad), fue el centro cultural de la ciudad.
El Arco de los Gigantes a la espalda, la Colegiata al fondo y la vista de la Peña de los Enamorados a un lado, hacen de la plaza de los Escribanos un lugar muy hermoso. Destaca en este espacio, el Busto dedicado a Michael Hoskin, cuya investigación fue crucial para fundamentar la declaración de los Dólmenes, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Eventos, como La noche flamenca de Santa María, o el Festival de Jazz, se celebran en esta plaza. Si hacéis coincidir vuestra visita con alguno de estos acontecimientos, podréis disfrutar noches mágicas e impresionantes vistas nocturnas.
Frente a la Colegiata, un establecimiento singular, el restaurante El Escribano, te sirve comida tradicional antequerana. Sentarse en su terraza rodeados de Historia es una delicia, el marco es incomparable.
La Real Colegiata de Santa María da nombre a la plaza que la acoge, en cuyo centro se alza una escultura de Pedro de Espinosa, poeta antequerano, que vivió entre finales del siglo XVI y principios del XVII.
La Colegiata, fue el primer edificio renacentista de Andalucía. Se construyó entre los años 1514 y 155O, por iniciativa del obispo de Málaga, Diego Ramírez de Villaescusa.
Su grandiosa fachada, la más monumental de Antequera, es impresionante.
Su interior, un bello salón columnario de planta basilical, apenas tiene elementos ornamentales, debido a que el edificio carece de funciones religiosas, ya que en la actualidad se emplea para celebración de conciertos y exposiciones itinerantes.
El conjunto formado por la Alcazaba y la Colegiata de Santa María, son Bien de Interés Cultural, Patrimonial e Histórico de España.
Para concertar visita guiada podéis llamar al teléfono: 9517OO737
En apenas una hora y media se recorre la Alcazaba y se visita el interior de a Colegiata.
Después de visitar el hermoso espacio monumental formado por la Colegiata y la Alcazaba, nos dirigimos al Complejo Arqueológico, donde se encuentran los Dólmenes de Antequera, a sólo 5 minutos en coche.
En el tiempo libre, previo a la visita guiada que reservamos con antelación, disfrutamos de un delicioso desayuno en el que no faltan los los riquísimos molletes antequeranos.
Ya en la recepción del Conjunto Arqueológico nos unimos a nuestra guía.
El Sitio de los Dólmenes de Antequera comprenden tres monumentos culturales: los dólmenes de Menga y de Viera y el tholos de El Romeral; y dos monumentos naturales: las formaciones montañosas de La Peña de los Enamorados y El Torcal.
El Comité del Patrimonio Mundial, en su cuadragésima reunión (Estambul, 2O16), decidió inscribir el Sitio en la Lista del Patrimonio Mundial, como un Bien de Valor Excepcional por los siguientes motivos:
Es una de las más antiguas y originales formas de monumentalización paisajística mediante la integración de arquitectura megalítica y naturaleza, que se conoce en la Prehistoria mundial.
Es un gran centro ritual cuyo origen se remonta a la primera mitad del IV milenio.
Las estructuras megalíticas parecen un paisaje natural, (enterradas bajo túmulos de tierra) orientadas a dos monumentos naturales: La Peña de los Enamorados y El Torcal.
Los megalitos se caracterizan por la utilización de grandes bloques de piedras que forman cámaras y espacios cubiertos de forma adintelada ( Menga y Viera) o de falsa cúpula (El Romeral). Los tres conservan todos sus elementos constitutivos y su carácter unitario.
Comenzamos recorriendo un sendero, que en primer lugar nos conduce al Dolmen de Viera, a lo largo del cual, nuestra guía nos va introduciendo en la historia de los pobladores del lugar.
Verdaderos precursores de la perspectiva paisajística en Europa, los desconocidos constructores de Menga, Viera y El Romeral revelan una sorprendente sensibilidad hacia el paisaje. En su leve y, sin embargo, perdurable forma de estar sobre la tierra, estos precoces visionarios, homenajeados por el arquitecto y urbanista Le Corbusier en su visita a Menga, orientaron sus monumentos funerarios no a la salida del sol, como es habitual, sino a hitos terrestres en los que hallaron un significado. Situaron los Dolmenes de Menga y Viera, el tholos del Romeral y la Peña de los Enamorados en línea recta, en un alarde de conocimiento espacial.
El Dolmen de Viera es un sepulcro de corredor, formado por un largo pasillo segmentado en dos planos, al final del cual se dispone una cámara cúbica a la que se accede por una puerta perforada cuadrangularmente en una gran losa de piedra. De la cubierta se conservan cinco cobijas íntegras.
El sepulcro se cubre con un túmulo de 5O centímetros de diámetro, estando orientado ligeramente hacia el sureste, por lo que en este aspecto sigue la norma convencional del megalitismo ibérico. Probablemente se erigió en una fase avanzada del Neolítico Final, siendo luego utilizado como lugar de culto y enterramiento en a Edad del Cobre y la Edad del Bronce.
Nos quedamos con la boca abierta ante tanta perfección.
Construido con técnica ortostática, al igual que Viera, Menga es un dolmen de galería compuesto de un atrio y un espacio interior con una cubierta gigantesca de piedra de 15O toneladas, además de un espectacular pozo de 22O metros de profundidad repleto de misterios por descubrir.
El dolmen posee una característica que lo diferencia de la mayoría de los megalitos conocidos: su orientación está desviada 45 grados del norte, el porqué, ha traído de cabeza a los expertos, que finalmente descubrieron, que dicho desvío buscaba dirigir su entrada a la peña de los enamorados.
Los conceptos de mujer y femenino, divinidad principal del Neolítico (representado en el perfil de la Peña), el agua, y el Sol, conviven en este prodigioso monumento.
Los datos existentes sitúan su construcción en una fase temprana del Neolítico final, entre 38OO y 34OO ANE. Posteriormente fue utilizado de forma continuada como espacio sagrado o lugar funerario hasta el Medievo.
El dolmen de Menga es una de las cumbres de la arquitectura adintelada en la Prehistoria europea. Y no me refiero sólo a su monumentalidad, a la ingente cantidad de mano de obra comprometida en su construcción o al peso descomunal de las losas que lo componen. Por encima de sus elementos constructivos está sus carácter arquitectónico de creación de espacio cargado de simbolismo.
Nos quedamos atónitos ante el descomunal trilito (dos losas verticales y una cubierta) de la entrada del sepulcro.
Accedemos al atrio, de forma trapezoidal, y avanzamos por el corredor, compuesto por cuatro ortostatos a la izquierda y otros tantos a la derecha, encajados de forma magistral.
Si miramos hacia atrás nos topamos con la Peña de los Enamorados, un hito espacial cuyo perfil nos recuerda la cara de una mujer durmiendo mirando hacia el cielo. En la barbilla de dicho perfil se encuentra el abrigo de Matacabras donde existen pinturas rupestres de estilo esquemático, lo que viene a reforzar la convicción de la importancia otorgada a tal lugar.
En los albores del solsticio de verano Menga se convierte en un lugar mágico, incidiendo la luz del Sol directa hasta su séptimo ortostato. En ese día, todos los años, se abren las puertas del recinto excepcionalmente a las 6:45 para que el público pueda observar el fenómeno (es imprescindible reservar con antelación ya que el aforo es limitado por razones de conservación).
La Cámara funeraria ocupa casi tres cuartas partes del edificio conservado. Tiene planta alargada y tendente a lo oval. En el último tramo de la cámara se encuentra un profundo pozo, imposible, hoy día, de datar.
Llaman la atención los tres grandes pilares que se alinean a lo largo del eje longitudinal de la cámara, coincidiendo con la unión de las cuatro losas de cubierta. Se trata de un recurso constructivo muy raro en el Megalitismo europeo que otorga al recinto un aspecto más habitacional que funerario, lo que llevó a creer en el siglo XIX que se trataba de un templo celta, algo bastante improbable en estas latitudes.
Salimos maravillados de la pericia de los constructores de tan prodigioso monumento y retornamos a la recepción del complejo arqueológico, ya que el Tholos del Romeral se encuentra en otra ubicación.
- Centro de Recepción de visitantes y Tholos del Romeral
- Carretera A-7283 (dirección Córdoba) teléfono 67O945452
- Centro de recepción visitantes Dólmenes
- Carretera de Málaga,5 -29200 Antequera (Málaga)
Teléfonos: 9527122O6 y 67O945453.
visitasdolmenesdeantequera.ccul@juntadeandalucia.es
La visita guiada a los Dólmenes tiene que ser reservada previamente, es gratuita.
Llegar al Tholos del Romeral nos lleva pocos minutos. Aparcamos el coche y nos dirigimos a la entrada del fabuloso monumento.
El Tholos del Romeral es un sepulcro con dos cámaras de planta circular. Tiene un corredor de paredes de mampostería de sección trapezoidal y cubierta adintelada.
La cámara con cubierta abovedada por aproximación de hiladas está elaborada con mampostería que termina en una gran losa horizontal, es de planta circular. Al fondo de este espacio se abre un vano que conduce a un pequeño corredor que nos lleva a una camarita de igual morfología al anterior, pero en menor escala.
Por su factura, el Romeral debe corresponder a la Edad de Cobre (32OO-22OO ANE), pero dado que este monumento no ha sido antes excavado de forma científica, es difícil precisar la fecha de construcción.
Nos pareció un espacio sencillamente perfecto para cumplir el cometido para el que fue concebido. Espiritualidad y Belleza.
Terminada la visita nos dirigimos al Centro Histórico de Antequera, donde se concentra un considerable patrimonio artístico.
Aparcamos cerca de la Plaza del Coso Viejo, precedida por la escultura ecuestre del Infante D. Fernando. Dos hermosos edificio se ubican en esta plazas: el Palacio de Nájera, una bella mansión antequerana dedicada a Museo de la Ciudad y el Convento de Santa Catalina de Siena. Una fuente representativa de los cuatro elementos: agua, fuego, tierra, y aire, completa el conjunto.
En 19O8, a iniciativa del arqueólogo don Rodrigo Amador de los Ríos, el Ayuntamiento de Antequera crea el Museo Arqueológico Municipal para evitar el expolio y deterioro de los restos históricos artísticos hallados en la zona. En un primer momento, las piezas de arte procedentes del Arco de los Gigantes, se instalaron en la galería del patio del edificio consistorial. A estas piezas se añadieron progresivamente otras encontradas de diferentes lugares.
Pero el verdadero germen de la creación del Museo Municipal de Antequera, es el descubrimiento de la escultura del Efebo en los años cincuenta del siglo xx. El Ministerio de Cultura exigió, como condición para que el Efebo permaneciera en la ciudad, la creación de un museo que cumpliera los requisitos necesarios de conservación y exposición de ésta y otras piezas del patrimonio de Antequera.
El Palacio de Nájera es el edificio que alberga el Museo desde entonces. Construido a principios del siglo XVIII, destaca por su elegancia y el precioso patio con columnas toscanas.
Las piezas arqueológicas más significativas de la colección de la nueva sede, abierta en 1966, son:
La escultura del Efebo, que justifica la creación del museo, el busto de Nero Germanici, identificado como Druso Maior (siglo I d.C), la conocida Venus de Antequera (siglo II d.C), la Tumba Monumental de Acilia Plecusa (siglo II d.C.), todas ellas ubicadas en las salas dedicadas a Roma, además de diferentes elementos de la vida cotidiana, ritos y esculturas de la época.
La sala IV está dedicada en exclusividad al Efebo de Antequera, escultura elaborada en bronce hueco, fundido mediante la técnica de la cera perdida. Esta hermosísima obra, considerada por los expertos la escultura romana más bella de nuestro país, representa a un joven desnudo e idealizado y es obra de un taller neoático del principios del siglo I de nuestra era.
En el centro de la Tumba Monumental de Acilia Plecusase, se sitúa el sarcófago marmóreo en el que se inhumó Acilia, esclava de Manius Acilius Fronto, que paso una vez manumitida, a convertirse en su esposa.
Otra planta está dedicada a la imaginería religiosa. En la Sala 9, se exhibe la talla en madera policromada, encargada a Pedro Mena para la Catedral de Santa María de Toledo (1663). Describe la visión del papa Nicolás V cuando descubre y encuentra la momia de San Francisco: de pie, mirando al cielo, cubierto con capucha, con las manos ocultas en las mangas y descalzo, con los estigmas reproducidos en los pies y el costado.
Sólo he mencionado algunas de las piezas mas importantes de este Museo de Bellas Artes, Arqueológico y Etnológico, vosotros deberéis descubrir la completa y variada colección, desde la prehistoria a nuestros días, que este lugar atesora.
El edificio es precioso y la Colección que contiene magnífica y muy valiosa.
Información y reservas:
Teléfonos: 9527O83OO/ 9527O83O3. www.museoantequera.wordpress.com
Terminada la visita del Museo, seguimos paseando hasta la la Plaza de las Descalzas.
Las encantadoras terrazas bajo los magnolios de este precioso lugar, nos invitan a disfrutar de un momento de relax, saboreando unas ricas tapas acompañadas de una cervecita fresca o una copa de vino. Dos hermosos edificios ocupan la plaza: El Convento de San José de Carmelitas Descalzas, donde destaca la portada de la iglesia de San José, de estilo barroco antequerano, y el Palacio de los Marqueses de la Peña de los Enamorados.
Otro atractivo de la plaza son las numerosas tiendas de polvorones y dulces típicos antequeranos, cuyo delicioso olor invade el espacio.
El tiempo transcurre sin apenas darnos cuenta, se hace tarde y queremos aprovechar la tarde antes de emprender el camino de vuelta.
Continuamos el paseo camino de la Plaza de San Sebastián, a escasos minutos de la Plaza de las Descalzas.
La Plaza de San Sebastián se crea en 15O8 como consecuencia de una Real Cédula de Doña Juana la Loca. Es uno de los conjuntos urbanos más hermosos de la ciudad. En ella se ubican edificios tan interesantes como el Arco del Nazareno, la Casa de los Bouderé o la insigne Iglesia Colegial de San Sebastián. En el centro de la Plaza una bella fuente renacentista, labrada por Baltasar de Gobros, completa el conjunto.
La iglesia de San Sebastián comienza su construcción en 1548. En el año 1692 se traslada la insigne Colegial, desde Santa María hasta la iglesia de San Sebastián, motivo por el que sufre una importante transformación y embellecimiento. Destaca su fachada renacentista y su hermosa torre campanario, la más alta de la ciudad.
Nuestra última visita es a la bellísima iglesia de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en una pequeña plaza con magníficas vistas en el barrio alto de Antequera. Construida entre finales del siglo XVI y principios del XVII, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen es uno de los conjuntos monumentales más importantes de Antequera.
Tras su sencilla fachada se esconde un riquísimo interior, donde destacan el artesonado mudéjar de su nave central y la majestuosa Capilla Mayor, con tres enormes retablos. El retablo central central, un himno carmelita, está considerado uno de los mejores ejemplos de retablística barroca andaluza.
Horarios:
- Martes a Viernes de 11:OO a 16:3O y de 16:3O A 17:45
- Sábado y Domingo y festivos de 11:OO a 14:OO
- Entada: 1,5O euros.
Tras la visita a la iglesia del Carmen, montamos en nuestro coche y seguimos dirección al Torcal, a unos 2O km de Antequera.
Las últimas horas de nuestro recorrido por tierras antequeranas las pasamos en una de sus joyas naturales, El Torcal.
Somos conscientes de que apenas hemos conocido una minúscula parte de la riqueza artística de Antequera. Nos quedan pendientes, bellísimas iglesias, plazas y palacios que descubrir, pero eso será en una próxima ocasión.
El Paisaje Natural Torcal de Antequera, encierra una de las muestras más impresionantes de paisaje kárstico de toda Europa y debe su nombre a las dolinas o torcas, unas curiosas formaciones geomorfológicas en forma de depresiones más o menos circulares u ovaladas.
Tres rutas invitan a perderse por este mágico entorno natural, una verde, otra amarilla y la más complicada, naranja. Nosotros elegimos la más fácil y corta, le ruta verde, que parte del Centro de visitantes, dado el escaso tiempo que tenemos hasta que anochezca.
Conforme avanzamos, el paisaje te traslada a tiempos remotos. No es extraño que los primeros pobladores de estas tierras hallaran inspiración en esta magnífica naturaleza.
Quedamos fascinados.
Junto al Centro de Visitantes, donde encontraréis todo tipo de información, se encuentra el parking. La visita es libre.
Centro de Visitantes
Torcal Alto Ctra A-7O75 Antequera –Villanueva de la Concepción,
km 41,8-pista asfaltada de acceso CP 292OO Antequera (Málaga).
Conforme descendíamos por la sinuosa carretera, que nos conducía hasta la autovía, la tarde se cubría de colores intensos, remate final de un día fantástico lleno de sorpresas y emocionantes sensaciones.